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Poesía griega

ANACREÓNTICA 5

    XXV

A LA GOLONDRINA

 

Tú, golondrina amiga, que cada año llegas, con el calor anidas y con los fríos te vas sobre el Nilo o sobre Menfis.

Amor sin tregua en cambio en mi corazón su nido teje. De sus crías la una aletea, la otra tiene el cascarón a punto, y a medio nacer ya alguna está. Y de continuo brota algarabía de esta nidada, con sus picos siempre abiertos. A minúsculos Amores los nutren los adultos. Y crecidos, a su vez, al punto paren otros.

¿A qué remedio acuda? Pues las fuerzas no me alcanzan para pregonar de Amores tal ejército.

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